Una fobia corresponde a un miedo desproporcionado a un determinado estímulo. Aerofobia significa por ejemplo miedo a volar, o claustrofobia miedo a espacios cerrados. Pues hoy traemos una nueva fobia, la fonofobia. Como puedes imaginar, sí, es un miedo irracional a ciertos sonidos. Esto no es realmente un trastorno auditivo, pero está relacionado con problemas de ansiedad.
Causas que pueden provocar la fonofobia
La principal causa que puede provocar ataques de ansiedad en quienes padecen este trastorno son los ruidos fuertes e inesperados : explosiones, petardos, alarmas contra incendios… Estas personas suelen tener mucho miedo a los dispositivos móviles y a cualquier sonido repentino que emitan cuando les llega una notificación. o suena la alarma. Además, no se adaptan bien a los cambios de frecuencia inesperados cuando escuchan música. Como con todos los tipos de ansiedad, el problema no es el miedo en sí mismo, sino el miedo continuo de experimentarlo.
Si queremos buscar la raíz del problema, ésta podría estar relacionada con la hipersensibilidad de las vías auditivas y la asociación de determinados estímulos con sensaciones negativas. Estos pueden derivar de malas experiencias pasadas, por lo que entraríamos en el campo de los Trastornos de Estrés Postraumático, donde la fonofobia emergería como una enfermedad de base. Así, una experiencia negativa del pasado, un trauma, podría generar algún tipo de fonofobia al asociar un sonido específico a ese momento.
Síntomas de la fonofobia
Los síntomas que se experimentan al padecer este tipo de fobia son muy similares a los de cualquier otra. Entre ellos se encuentran los siguientes:
- Quieres huir.
- Cambios repentinos de humor al escuchar ciertos sonidos fuertes.
- Náuseas o mareos.
- Miedo atroz a los ruidos fuertes.
- Sudoración excesiva.
- Ataques de pánico.
- Desmayo
- Alteración del ritmo cardíaco.
Tratamiento de la fonofobia
No existe un tratamiento como tal para combatir este malestar, pero se están trabajando con terapias que ayuden a quienes lo padecen a vivir mejor con él.
Una de ellas es la terapia de exposición , en la que se expone el oído a sonidos fuertes de forma progresiva con la intención de disminuir la hipersensibilidad.
Otra terapia aplicada con éxito es la terapia cognitivo-conductual , que consiste en dotar al paciente de herramientas que le permitan transformar sus pensamientos negativos en positivos ante determinados estímulos con el fin de sobrellevar la ansiedad.
Por último, está la técnica de relajación . En él, a través de ejercicios de relajación muscular o de respiración, se intenta que el paciente tenga el control de sus emociones.
Además, estas terapias también se pueden combinar con determinados fármacos prescritos por el médico para combatir la ansiedad y el estrés.