Estamos en la época de los famosos propósitos de Año Nuevo. Muchos hablan de empezar a hacer deporte, comer mejor, dejar de fumar, trabajar aspectos de autoestima… pero también estaría muy bien empezar a hablar de prestar más atención a la salud auditiva ya que es algo que nos puede afectar en muchas maneras otros aspectos de la vida.
Si notas alguna anomalía en tu audición o quieres realizarte unas pruebas genéricas que te informen del estado de tu audición, estas son las 5 pruebas básicas que un audiólogo te puede realizar:
- Audiometría tonal: durante esta prueba se analiza la tonalidad del sonido y el umbral auditivo del paciente. Esta prueba se realiza en un lugar específico como son las cabinas de audiometría y los resultados se extraen en un gráfico llamado audiograma. Se puede hacer de dos formas, por aire o por hueso. En el primero, se tapará un oído y se comprobará si todos los sonidos se escuchan por el otro; en el segundo utilizaremos un objeto que vibra como un diapasón que haremos sonar cerca de los oídos para examinar la capacidad auditiva.
- Timpanometría: es un examen que se realiza para comprobar el estado del oído medio y la movilidad del tímpano y huesecillos cuando provocamos variaciones en la presión del aire en el conducto auditivo. Sus resultados hay que ponerlos en relación con el audiograma.
- Logoaudiometría: es la prueba que se relaciona con la comprensión de fonemas, palabras u oraciones. Con él, los audiólogos miden la comprensión verbal del paciente a través del habla repetitiva. Le ponen cascos y debe repetir todo lo que oye a través de ellos. Esta prueba sirve para comprender si el estado de salud auditiva puede afectar la capacidad de comprensión del lenguaje.
- Medida de impedancia: esta prueba comprueba el comportamiento de la onda sonora en el oído medio. Para ello, se introduce una sonda en el oído externo a través de la cual se aplica un sonido de intensidad y frecuencia variable que generará cambios de presión. Esta prueba no requiere la colaboración activa del paciente.
- Test de audición: muchas clínicas disponen de pruebas con las que, a través de sencillas preguntas, perfilan un primer diagnóstico para comprobar si necesitamos revisar nuestra audición.