La diabetes es una enfermedad que ocurre cuando el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre es demasiado alto. Esta glucosa es la principal fuente de energía de nuestro organismo y se encuentra en los alimentos que ingerimos. Por otro lado, el páncreas es el encargado de producir insulina, la cual permitirá que esta glucosa entre en nuestras células y nos proporcione la mencionada energía. Cuando esta producción de insulina es deficiente en nuestro cuerpo, los niveles de azúcar pueden aumentar peligrosamente y los tratamientos para la diabetes se enfocan en este control y equilibrio.
Pero esta enfermedad, como la mayoría, suele acarrear otros problemas para nuestro organismo. Un estudio realizado por el Centro Nacional para la Investigación Auditiva de Rehabilitación determinó que las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de sufrir problemas de sordera . Este estudio muestra que, de hecho, existe una correlación entre los niveles de azúcar en la sangre y la pérdida de audición como una de las posibles consecuencias.
¿En qué manera? Lo que hace la diabetes es dañar la arteria que lleva la sangre a los oídos . Esta arteria es muy pequeña, por lo que el daño tiende a ocurrir bastante rápido. Lo que se provoca de esta forma es una obstrucción en los oídos que puede derivar en diferentes dolencias como falta de equilibrio, pitidos continuos o pérdida de audición, entre muchas otras.
Lo peliagudo de esta situación es que cuando los síntomas de la pérdida auditiva ligada a la diabetes aparecen de forma más paulatina, puede resultar difícil darte cuenta de que la padeces . De hecho, muchas veces, las personas que rodean al sujeto con problemas de diabetes y sordera son mucho más conscientes que él mismo de los problemas auditivos que está experimentando. Si crees que alguien cercano a ti se encuentra en esta situación, presta atención a las siguientes señales:
- Suele pedirles que repitan lo que le dicen.
- Piensa que los demás susurran, no que hablan.
- Tiene dificultad para participar en una conversación grupal.
- Lo que más le cuesta es distinguir bien las voces de mujeres o niños.
- En contextos ruidosos no es capaz de desarrollarse libremente.
- Reproduce contenidos audiovisuales a niveles de sonido muy altos.
Como siempre, el tiempo es esencial en estas situaciones y debe consultar a un especialista lo antes posible.