La lengua de señas es la forma de comunicación a través de gestos que utilizan las personas con discapacidad auditiva o complicaciones del habla . Estos últimos suelen estar asociados a algún problema auditivo previo. En cuanto a su legislación , en España contamos con la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, hipoacúsicas o sordociegas. Esta ley garantiza la asistencia de un intérprete de lengua de signos para situaciones como visitas al médico, trámites oficiales, juicios, etc.
Este lenguaje es conocido por las siglas LSE en España y consiste en un sistema de gestos y expresiones visuales realizadas en su mayoría con los dedos y las manos. La lengua de signos a través de los gestos y la vista sirve para hacer posible la comunicación entre personas que tienen dificultades para comprender el lenguaje oral en el que la comunicación se realiza a través de la voz y el oído. Los inicios del uso de este sistema de comunicación se remontan al siglo XVII . En el caso de personas con problemas de sordera y ceguera, los gestos suelen ser táctiles, es decir, realizados en la palma de la mano; lo que se llama el sistema dactilológico .
En cuanto a la universalidad de la lengua de signos, no existe una como tal, ya que cada país utiliza una lengua de signos regida por sus propias normas. En España tenemos la lengua de signos española y también el catalán.
Hace años, el conocimiento de la lengua de signos era de unos pocos, pero en la actualidad cada vez son más las personas interesadas en aprender esta lengua tan especial. Ya sea por necesidad porque algún conocido o familiar sufre de patologías auditivas, por respeto a aquellas personas que puedas conocer que necesiten esa vía de comunicación o, también, por cuestiones laborales. La figura del intérprete de señas está, afortunadamente, cada vez más normalizada en diferentes contextos y puede ser una muy buena salida laboral.