Los bebés suelen tener oídos muy desarrollados y ya pueden escuchar la voz de su madre en el útero. Cuando nacen, todos los hospitales les hacen una serie de pruebas para comprobar que su audición está sana. Son pruebas que se realizan dentro de las primeras 24 horas y no generan molestias al bebé. En la mayoría de los casos, estas pruebas confirman que el niño escucha bien, pero en muchos otros se detectan problemas que se trabajarán de inmediato.
En los casos en que los resultados de las pruebas sean satisfactorios, también se debe mantener un control durante los primeros años de vida para comprobar que todo se desarrolla correctamente. Los padres tienen un papel muy importante porque tendrán que estar atentos a ciertos comportamientos del niño que les indicará que todo marcha favorablemente:
- En los primeros meses de vida, el bebé debe abrir mucho las manos cuando escucha sonidos fuertes como el timbre de la puerta, un aplauso, etc.
- En los dos primeros meses reaccionará a los ruidos que hacemos con los objetos para llamar su atención y semanas después será él quien quiera hacerlos sonar con las manos.
- Entre los primeros cuatro y seis meses comenzará a imitar los sonidos que hacemos.
- A partir de los seis meses , simplemente, debe reaccionar ante todo.
- Cuando tenga casi un año , debería ser capaz de escuchar sonidos suaves, girar hacia donde estamos e incluso reconocer su nombre y responder con movimientos y expresiones cuando lo llamamos.
Es muy importante prestar atención a estos comportamientos porque si los problemas de audición no se tratan antes de los dos años, plantearán muchos problemas para el desarrollo del habla y la comunicación del niño.
Pero aunque no hayamos detectado ninguna anomalía en este punto, tenemos que estar atentos y comprobar que todo avanza correctamente. A los tres años debe articular palabras, a los cuatro frases sencillas y, a partir de aquí , el niño o niña no debe tener dificultades para entender una conversación y no necesita que le repitan las palabras.
Si en alguno de estos momentos detectamos que algo no funciona como debería, debemos acudir inmediatamente a un especialista en audición para encontrar el problema y, lo más importante, la solución. No obstante, siempre es muy recomendable realizar valoraciones periódicas que puedan alertarnos de cualquier patología que escape a nuestra detección.