La pérdida de audición es una enfermedad que se puede experimentar a cualquier edad, desde el nacimiento hasta la vejez, siendo mucho más frecuente en esta última etapa. Sin embargo, los problemas de audición son cada vez más comunes a edades más tempranas debido, en parte, a nuestros hábitos. Hay muchos factores que pueden debilitar nuestra audición con el paso de los años y aquí te dejaremos un resumen:
Factores genéticos
Muchos problemas de audición son de naturaleza hereditaria debido a mutaciones genéticas. Un ejemplo es el Síndrome de Usher, un trastorno auditivo hereditario que genera un trastorno auditivo moderado o progresivo. Pero esta condición genética, aunque a priori no suponga ninguna alteración en nuestro sistema auditivo, también puede afectarnos haciéndonos más susceptibles a experimentar molestias si no cuidamos nuestra salud auditiva.
La contaminación acústica
Otra de las causas más comunes de pérdida de audición es la exposición prolongada a ruidos fuertes. Este actuará dañando las células del oído interno y puede darse de varias formas: escuchando música con auriculares o cascos a niveles excesivamente altos; desarrollándose en entornos de trabajo ruidosos como aeropuertos, obras de construcción, vida nocturna o incluso si es músico ; y también realizando muchas actividades asociadas a nuestras aficiones como ir a conciertos , discotecas... Sin olvidar los ruidos fuertes propios de las grandes ciudades , que además van mermando poco a poco nuestra capacidad auditiva.
alimento
Mantener una buena alimentación también es muy importante si queremos disfrutar de una buena salud auditiva. Trastornos como la obesidad pueden afectar nuestra capacidad de oír. ¿Cómo? La arteria auditiva es una de las más pequeñas de nuestro cuerpo, y se ve rápidamente afectada si experimentamos problemas circulatorios.
Medicamentos, alcohol y tabaco.
El consumo de determinados medicamentos puede tener un efecto nocivo en nuestro sistema auditivo, llegando incluso a causar pérdida auditiva temporal algunos de ellos. Otros medicamentos, como los que son de naturaleza ototóxica, pueden hacer que la pérdida auditiva sea permanente.
Otros hábitos como el consumo de alcohol o tabaco también influyen en nuestra audición. De hecho, hay estudios que demuestran que las personas que fuman tienen un 60% más de probabilidades de sufrir problemas auditivos.
Enfermedades infecciosas
Existen enfermedades como el sarampión, las paperas o la meningitis que también pueden alterar, en mayor o menor medida, el buen funcionamiento de nuestra audición. Por eso es fundamental estar al día con todas las vacunas relacionadas con estas infecciones.
Pérdida de audición relacionada con la edad
Y por último, uno de los tipos de pérdida auditiva más frecuentes y naturales: la asociada a la edad avanzada. Las estructuras internas del oído, al igual que las de los demás órganos del cuerpo, se debilitan con el paso de los años. Esta pérdida auditiva relacionada con la edad se llama presbiacusia. Es una de las enfermedades más comunes entre las personas mayores de 85 años.