Estamos muy ansiosos por no resfriarnos, tener fiebre, mantener una buena salud visual y dental, queremos estar en forma para tener mejores capacidades físicas, etc. Pero, ¿llegamos a pensar tan a menudo y con tanta normalidad en cómo se encuentran nuestros oídos? ¿Conocemos la importancia de una buena salud auditiva y sabemos qué consecuencias podríamos sufrir si la descuidamos? En este artículo hablaremos de cómo podemos cuidar nuestra audición, costumbres que debemos anotar para poder trabajarlas a diario y disfrutar de un buen estado auditivo, ahora y en el futuro.
Evita los ruidos fuertes
Como ya sabemos, la potencia de los sonidos se expresa en decibelios (dB). Y si estos superan un determinado número de dB pueden llegar a ser peligrosos y perjudiciales para nuestra salud auditiva. Esto sucede en lugares donde estamos expuestos a sonidos muy fuertes como las zonas de ocio (pubs, discotecas, conciertos...) y también en determinados entornos laborales. Si nos encontramos en el caso, tendremos que utilizar elementos de protección como cascos aislantes o tapones hechos a medida que reduzcan ligeramente el volumen del sonido.
Cuidado cuando estemos en contacto con el agua
Cuando los oídos entran en contacto con el agua, puede ocurrir una enfermedad muy común, otitis o infecciones por hongos. En este caso siempre es recomendable utilizar también tapones para los oídos y secar correctamente los oídos después del baño. En el caso de no utilizar los tapones, tendremos que evitar movimientos bruscos al entrar en el agua y mientras estemos en ella.
Limpiar los oídos con cuidado y nunca en exceso
La cera que producen nuestros oídos es buena. Sí, ella es buena; y no, no es sinónimo de falta de limpieza. Es un método de autolimpieza de los propios oídos para protegerse de posibles infecciones. Nunca inserte palos ya que pueden dañar el tímpano. Pasar una toalla mojada por la oreja al salir de la ducha será suficiente.
Cuidado con otras enfermedades como la gripe o las alergias
Muchas enfermedades de este estilo pueden derivar en infecciones en nuestros oídos, por lo que debemos estar atentos para tratarlas. En este caso nunca debemos recurrir a la automedicación, ya que podríamos agravar aún más las enfermedades. Por último, también tenemos que tener cuidado con los cambios de presión en el oído (cuando silbamos o nos sonamos la nariz o cuando viajamos en avión) y con los cambios de temperatura.
Protégete de los vientos fuertes
Aunque parezca mentira, la fuerza del viento también puede afectar a nuestra audición. Si la meteorología viene acompañada de vientos muy fuertes, debemos evitar la exposición continua a ellos porque también podrían provocar algún tipo de infección de oído. Una situación muy habitual es viajar con la ventanilla del coche abierta, lo que, si sopla el viento, no es nada recomendable.
Tenga cuidado cuando hable mucho por teléfono o use muchos dispositivos electrónicos
Muchas personas, ya sea por motivos laborales o personales, pasan mucho tiempo hablando por teléfono. Si te encuentras en el caso, es muy recomendable cambiar el auricular cada cierto tiempo para que no nos resientan. Pero este hábito se extiende al uso de muchos otros dispositivos electrónicos como los auriculares. Tenemos que controlar la intensidad y el tiempo de uso ya que, sin darnos cuenta, están causando daños irreparables en nuestra audición. Y lo que es más preocupante, está ocurriendo a edades cada vez más jóvenes.